lunes, 22 de febrero de 2021

Dispuesta a todo

 Ojalá ahora juntos, en algún punto del planeta, me da igual, elige tú . Ojalá desnudos y tocados por el viento como si fuéramos dientes de león a los que pedir deseos. 

Te deseo.
Ojalá  tus labios recorriendo mi cuello,  tus palabras haciéndome cosquillas, tu risa acariciando mis dudas  y tus dedos dibujando constelaciones sobre mis pechos, que contar lunares ya pasó de moda.
Ojalá jugar a encontrarnos, a desconocernos a viajar entre laberintos para escuchar ese gran concierto.  Nuestros jadeos. 
Ojalá ser instrumento y que me toques.
Ojalá la luna en tus pupilas, que no quiero que la bajes, tranquilo, que yo solita subo a buscarla, pero quiero reflejarme en ella cuando me miras.
Ojalá fuego. Arder en tu pecho, quemarme en tu boca y que tus manos enciendan la hoguera... tus manos, tu lengua, tú.

Ojalá ese lugar a un pestañeo de distancia, a tres paradas de metro, a dos manzanas de la ciudad, a un sueño con los ojos abiertos, a un minuto de tu recreo. Que quiero verlo todo. Verte todo.

Ojalá agua,  salir vivos de lo que nos ahoga, cogerte de la mano y que lleguemos al cielo, o donde queramos, tampoco hay que ser cursis.  Pisar tierra tiene sentido, pisarla contigo el doble, pero ¡joder, que locura el poder volar!.


Ojalá  tú.
Ojalá yo.
Libres.
Siendo nosotros. 

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