domingo, 3 de noviembre de 2013

SATURDAY




Era fácil subirse a ese escenario y ser libre. Recuerdo cuando decidimos ir por primera vez a ese antiguo karaoke. Dreams, así se llamaba. Un pequeño local que no decía mucho por fuera pero que sin embargo por dentro... lo siento, no tengo palabras para describirlo.
Era sábado, aproximadamente serían las dos de la mañana. Sara y yo llevábamos media noche en el local de siempre, empezaba a aburrirnos aquél lugar. Un chico se nos acercó en la calle mientras decidíamos donde ir. Nos dio unos papelitos y se largó.

 Sara me miró y me dijo -¿vamos?
- ¿ Un karaoke? Yo no pienso cantar.
- Lo haré yo vamos.

Y salió corriendo. Yo la seguí y en menos de dos minutos y después de dar la vuelta a la calle allí estábamos. Abrimos la puerta y nos adentramos en lo que llamaríamos después : "dame dos segundos para ser feliz". Otro día os explico esto.

Nos sentamos en una de las mesitas y Robert, el camarero, se acercó y nos dio el álbum de canciones. Traía dos.

- Yo no quiero gracias.
- ¿No vas a cantar?
- Lo hará ella por mi , -dije señalando a Sara, la cual ya estaba buscando su canción.
- ¿A qué tienes miedo?.

No supe responder. Pedí un ron con limón y a la media hora ya estaba subida a aquél escenario del Dreams, el lugar que nos haría soñar y ser libres.

2 comentarios:

Jara dijo...

Aunque es una historia escrita hace poco más de un mes y que no había publicado por aquí, creo que tengo ganas de sacarle jugo..

Anónimo dijo...

Buen relato, creo que hugaré más bajo la falda del blog.