domingo, 3 de agosto de 2008

Dioses

"En el patio caen las pinzas de la ropa de algún Dios", al menos eso decía mi madre cuando yo era enana, ahora ya no me engaña, los vecinos descuidados perdían sus pinzas de colores a la menor. Las nuestras siempre fueron de madera...

Dios no existe. Existió en un tiempo en el que yo, pobre de mi, me creía todos los cuentos que me contaban. Yo hablaba con Dios, sí, pero no era un monólogo, no, él me contestaba y seguía mis conversaciones, la voz maldita de nuestro interior que me dejaba tranquila para dormir una noche más, pero siempre había un día siguiente y una nueva conversación porque nada absolutamente nada cambiaba a mi alrededor, al contrario las cosas iban empeorando.

Fui creciendo y Dios ya no me ayudó a dormir. Se apagó la voz interior y las noches comenzaron a ser infinitas, eternas, destructivas si me apuráis.

En el séptimo derecha Tom tocaba la Trompeta con la salida de la luna, incomprensiblemente nadie, salvo yo, la escuchaba. Un día Tom me dijo que la buena música sólo llega a los oídos de quien realmente sabe escuchar, así que su música se ha convertido en mi Dios. Todas las noches salgo al balcón y me dejo llevar por su compás, me confieso a sus notas y él con una maravillosa melodía, siempre, siempre me contesta.
.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

¡AMÉN!

... para mí querría yo vecinos como Tom...


Y yo no sé cómo lo haces, pero siempre consigues hacerlo... (tú ya sabes de lo que hablo...)

Por último, el último parrafo creo que será una de esas cosas que me aprenda de memoria simplemente porque... no quiero que se (me) pierda.


Un besote wapa!

El mundo de Yas (Andrés) dijo...

Jarita....

Corto... demasiado corto... pero increible...
Yo siempre he dicho que las cosas cortas dicen mucho mas que algunos tostones eternos...

En fin, algo ocurre por tus alrededores... lo noto...

Besos.
Andrew

Anónimo dijo...

xxx
sin palabras
xxx
o sí... pero no

pd.: me quedó una duda ortográfica pero esas las prefiero preguntar en otros momentos y/o lugares (te lo escribo pa q luego me preguntes... q a mi se me olvidará... conociéndome...)

Pugliesino dijo...

Sí. Y es que cuando se consigue escuchar realmente,cuando la música atrapa todo ese momento de nuestra existencia necesariamente ha de ser algo divino.
Y la música no entiende de colores ni de fronteras.
Sí,posiblemente ella sea Dios.

Feliz verano!

*escuchar a Loreena Mckennitt en la Alhambra debe ser algo parecido.

Rebeca Gonzalo dijo...

Siempre consigues embaucarme con tus maravillosas artes escénicas en cualquiera de tus textos, y éste no ha sido la excepción. Me pasa lo que a María: el conjunto es maravilloso, pero lo mejor para mí ese último párrafo que suena como eco en mi memoria, porque no quiere abandonarme. ¡Genial!

Pedro dijo...

Es melancólico y hermoso. Parece la introducción a uan historia más larga, a la de una vida llena de sucesos interesantes.


Un abrazo,


Pedro.

Sara dijo...

Y Tom tenía mucha razón... Sucede lo mismo con los buenos textos, solo los leen quienes saben reconocerlos (por eso estoy yo aquí) ;)

un saludo!!

DaRk_AnGeL dijo...

Jooo, qué bonito lo de Tom que acompaña sus noches y la escucha...
Yo pocas veces hablé con Dios... nunca me escuchó así que pasé a contarle todo a mi canario naranjita, lo que lloré cuando se fue...
Un besito mi nena. Gracias por todo ;)

Anónimo dijo...

Coincido con Pedro. Pero me doy por satisfecho con eso de que se confieza con su música. Me encantó.


Besos del el sur del planeta con música de bandoneón.

mariapán dijo...

Pues si me apuras, creo que más de uno hemos encontrado un Dios parecido, supongo que el arte es lo que tiene...
Me pasé por aquí y me gustó, me dejas que te visite? espero que si...
Un saludo

Anónimo dijo...

Me ha encantado el último párrafo. ¡Cuánta verdad! la verdad es que yo considero más dios, a cualquiera que sea capaz de escribir, pero cada uno es libre de elegir un arte cualquiera que venerar...
¡un besote!