sábado, 26 de enero de 2008

Aprendiendo a vivir.



"Todas aquellas palabras que en su época fueron escritas" quedarían a partir de ahora grabadas en el corazón de Noa. Siempre estarían vivas en su recuerdo, como Lucas, pero ahora y por duro que le fuera, tendría que aprender a vivir sin él.

Sonó el despertador y Noa abrió los ojos con una sonrisa en ellos. Se revolvió un poco entre las sábanas y se levantó pasados cinco minutos. Cogió su nueva agenda y dibujó una mariposa en el borde del día en el que se encontraba, (había cosas que no cambiarían nunca). Se vistió, desayunó y se fue a clase cargada de energía.

Habían pasado varios días desde lo sucedido. Noa no había vuelto a clase desde entonces. En casa no quisieron obligarla, sabían que cuando pudiera soñar se sentiría mejor, no se encontraría tan sola y ella misma se sentiría preparada. Así fue.

Al llegar al colegio Noa redescubrió la realidad de golpe. Entró en el aula ( llegaba tarde) y todos sus compañeros la miraron fijamente. Pidió perdón y fue casi deslizándose hasta su pupitre. Paró de golpe al ver las rosas sobre la mesa donde se sentaba Lucas. Acarició los pétalos al tiempo que se apagaba su mirada. Se sentó y Tere se acercó corriendo a darle un beso y abrazarla. Al instante la clase de dibujó continuó, después la de mates y antes del recreo la siempre aburrida y odiosa religión.

Sonó el timbre y todo el mundo corrió directo al patio a jugar. Noa se quedo unos minutos dibujando algo en el respaldo de su silla. Al salir se encontró a su hermana Eryel mirándola desde la puerta.

- ¿Cómo estás pequeñaja?

Noa fue hacía ella y la abrazó.

- Tengo algo para ti. Necesito que me guardes esta pestaña.

- Ya no me hacen falta.

- Pero yo necesito que la tengas tú y la guardes con las demás.

- ¿Has pedido un deseo?

- Sí.

- ¿y me lo vas a contar?

- ¡Nooo! ¿Estás loca? Si lo hago no se cumplirá.

Las dos rieron y bajaron al patio juntas. Noa se reunió con sus compañeros que jugaban a policías y ladrones y Eryel se fue con sus amigas.

No había muchos años de diferencia entre ellas, pero cuando una estaba en el colegio y miraba a los mayores daba la sensación de que vivían en mundos distintos.

Cuando acabó la mañana Noa sentía un triste vacío en su estómago, le oprimía el pecho y sentía unas ganas tremendas de llorar. La vida no era tan sencilla como había aparecido en su sueño la noche anterior.

Al salir de la escuela se encontró con su madre. Aquello era muy raro, hacía tiempo que ya no los iba a buscar. Cuando la fue a saludar ésta se dirigió al lado contrario. ¿No la habría visto? se preguntó, pero al momento se dio cuenta de la razón por la que realmente estaba su madre allí.

Tenía de la oreja agarrado a Víctor, un compañero de su hermana, que se dedicaba a decorarle las piernas con unos enormes moratones cuando le daba la gana.

- Que sea la última vez que le das patadas a Eryel. Como vuelva a aparecer con un moratón seré yo misma la que venga a hacértelos. - Le decía la madre enfurecida.

Podría resultar un situación embarazosa el que la madre de alguien fuera a rendir cuentas a los "enemigos" de sus hijos, pero en ocasiones era la única forma de que esos seres despreciables dejaran de actuar con los demás a su antojo.

Noa no podía creer lo que su madre acaba de hacer, pero se sentía orgullosa de ella y de su hermana Eryel. Empezaba a imaginarse cuál era el deseo que esa misma mañana había pedido.

Noa se quedo jugando un rato en la calle con la hija de Ángel el de la tienda. Se pusieron los patines y calle arriba y abajo pasaron el rato hasta que Noa se tropezó, cayó mal y se rompió la muñeca. Los dolores eran horribles. Enseguida la llevaron a urgencias y como premio se llevó una escayola preciosa para pintar durante un mes entero.

Desde luego la mala suerte estaba de su lado. Por la tarde no puedo asistir a las actividades extraescolares y se quedó encerrada en su cuarto maldiciendo el dolor que sentía. Ahora multiplicado por cuatro.
Al día siguiente volvió a llegar tarde a clase. Llamó antes de entrar.

-¿Puedo pasar?
- ¿Qué le ha pasado?
- Me caí ayer, me he roto la muñeca. Le traigo el justificante, vengo del médico.

Noa dejó el papel encima de la mesa del profesor y se fue a su sitio. Colgó la mochila en el asiento y cuando fue a coger los libros se dio cuenta que en el lugar de Lucas ya no había rosas y que un chico que no conocía se sentaba en él. Le miró sorprendida.

- ¿Necesitas ayuda? - Le dijo el nuevo.
- No gracias, puedo sola - le contestó sin ser muy consciente de con quien hablaba.
- ¿Lo has pintado tú?
- ¿eh? - Noa miró hacía donde apuntaba el dedo del chico - Sí, si lo pinté yo.
- ¿Por qué dibujas mariposas?
- Porque me gustan. - le dijo cabreada.

Cogió lo que necesitaba y miró hacía delante de nuevo.

- Noa, estaba mandando que escribierais un cuento para mañana. Como tú no podrás nos lo contarás ¿ de acuerdo? - Le dijo el profesor.

Noa asintió. Estuviera de acuerdo o no, no le quedaba otra. En ese momento fue consciente de que tendría que aprender a hacer algo más.


  1. Intentar escribir con la izquierda no sería mala idea, al menos que quisiera exponer todos sus deberes en voz alta. Algo a lo que no estaba dispuesta.

  2. Descubrir que había pasado con las flores de Lucas.

  3. Y más importante, empezar a darle al coco para inventarse un cuento.

El segundo punto lo resolvió en cuanto giró la cabeza hacía la papelera. Le pareció cruel y aumentó su cabreo. Estaba claro que una nueva vida empezaba a partir de ahora.






A Yeye: Por ser mi duende

12 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Joder! ¿Y porque venga uno nuevo hay que darle el sitio de Lucas tan poco tiempo después? Yo también me cabrearía y de lo lindo...
Aún así, quiero ver el lado positivo y pensar que "el nuevo" dará mucho que contar! ;)
Estoy enganchada a Lucas y soy fanática de su historia. Lo sabes, ¿no? Pues que siga, que siga...

Besotes y aplausos a montones wapísima!!

Anónimo dijo...

yeye

Está dedicado a mi ?? Para mi ??
Bieeeeeeeeeen !!
Hay que resucitar a Lucas ya, hacerle salir de las sombras, sacarlo de la papelera con las flores !!
Te digo o no te digo que he llorado y moqueado todo lo que he querido y más leyendo ?? Uy, se me escapó .. sí, he llorado mucho muchísimoo
Detrás de tu Lucas, hay una vida de la que quedan sólo recuerdos, buenos y malos. Lo bueno de todo esto es que todavía podemos coger una pestaña y pedir un deseo. Uno bueno para que se cumpla.
Pides uno ???
Pues sopla !
Te quiero wapa.

Pugliesino dijo...

Parecerá fria la labor del profesor,pero ayuda con el trabajo a ponerse en marcha,y la vida misma hará el resto.
Una historia impregnada de sensibilidad en todo momento.
Un saludo

Donato dijo...

Me encantó. Mi primra vez en este blog pero sin dudas no mi última.
Me gusta mucho cómo escribís.
Nos estamos leyendo.

Pedro dijo...

Jo, maja, qué estilo. Es sencillo en su ejecución, lo que es complicadísimo. Me encanta la forma que tienes de introducir los dialogos y que resulten tan naturales (es con lo que me estoy peleando yo ahora)

La historia es simplemente hermosa, por como la has escrito pero porque cuenta un episodio de vida, es TAN verosimil.

Un abrazo,

Pedro.

Anónimo dijo...

Me he quedado con ganas de más :(

Sureña dijo...

Es genial que continúes esta historia, creo que Noa tiene aún mucho que decir, y Lucas a través de ella.

Qué pena que a veces la realidad no iguale nuestros sueños...

Besos

tormenta dijo...

Lo cierto es que cuando te leo un cuento sobre Noa, me dan ganas de volver a ser pequeñaja, no por nada... bueno sí, porque tengo la sensación de que ahora soy más pequeña que entonces. :)
Me ha encantado tú nuevo capítulo, y espero que en el siguiente le des una buena colleja a quien haya tirado las rosas a la papelera...


un beso preciosa

Anónimo dijo...

se abre el telón y se entreve un buzón ... una postal ... pero...

de donde procede esa insesperada postal?

jeje, ya me contarás!!


besitos guapa!!!

Anónimo dijo...

¡Pobre Noa!

Pero me gusta su afán de superación. Yo también intenté aprender a escribir con la izquierda, es complicado!

Como ya he leído el siguiente capi, sé la respuesta a los interrogantes... así que no puedo decir mucho más.

Jan Lorenzo dijo...

Es duro seguir adelante y más cuando no quieres... Tienes que dejar paso a los demás cuando lo que realmente deseas es sentarte en medio del camino y que nadie más pase por ahí, nunca más...

Me emociona sobremanera toda la historia de Lucas y Noa... Y no puedo esperar hasta el lunes para leer lo siguiente y como lo has publicado ya, voy corriendo a ver quien es el chico nuevo...

Bikiños!!

atenea dijo...

Pobre Noa, yo también me habría cabreado... Para ella es como si se olvidaran de Lucas o, peor, lo reemplazaran por el nuevo.

Ayyy, voy a por el siguiente jajaja

Oye, no está mal leerlas todas seguidas eh? :) Muua!