domingo, 20 de mayo de 2012

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 Había algo en sus ojos, en su mirada...
 fue entonces cuando decidí adentrarme en su corazón.
 No decían lo mismo.

1 comentario:

Pugliesino dijo...

De los mejores microrrelatos que he leído desde que supe de este género literario.

Incluso si suprimes "sus ojos" y singularizas el "decían" siguen estando presentes.

Felicidades