jueves, 14 de octubre de 2010

sin t´tulo (27)

Cuando la soledad cala en los huesos
la sensación es como si estos se rompieran...

3 comentarios:

Manuel Granados dijo...

Cuando la soledad cala en los huesos es porque uno no quiere estar solo aun a pesar de que se piense que es mejor estar así que mal acompañado.
Cuando la soledad cala en los huesos se resiente el alma y el corazón, podrido de latir, despeja la sangre como si ya no la quisiera.
Cuando la soledad cala en los huesos no hay amaneceres lo suficientemente tardíos, no hay noches que empiecen lo bastante pronto; hay madrugadas en vela en busca del compañero oculto entre las sombras, de ése tú que aun no encuentras.
Cuando la soledad cala en los huesos es porque ni uno mismo está dentro de sí.

Un beso jarísima. ¿Ves? por eso me gusta que escribas, porque me incitas!

wannea dijo...

pero tu sabes que no estás sola :)

mariapán dijo...

¡Amén!

La soledad de los huesos es, a veces, tan necesaria como el tumulto de la carne o las ganas de más; disfrutarla es buena terapia y si es obligada se erradica saliendo de la burbuja y si no... que cada uno se invente su fórmula ¿no crees?

Ando asfixiada, pero no me olvido de mis cosas, de las que debo y de tus letras.

Besos guapa