domingo, 14 de septiembre de 2008

Padre

Padre,
no quiero ser tu imagen y semejanza,
no quiero vivir con miedo
no quiero ser parte de ti,
porque duele
porque el tiempo es eterno estando a tu lado
porque nada cambia
porque no quiero vivir así.

Tu sangre arde dentro de mi
y no quiero sentir tristeza,
ni lamentarme
ni sentir odio cuando tendría que ser amor,
y prefiero descubrir que destruir,
y tú sólo lamentas,
y destruyes,
y la vida continúa
pero siempre en un mismo círculo cerrado
y volvemos al punto de partida.

Padre
yo no soy tú,
ni quiero serlo...
ni me gustaría perder mis sentimientos
por temor a resucitar lo vivido,
que un día bueno
no termina con siete malos,
ni un beso
significa el perdón.

El dinero no compra cariño
y después de los años...
¿Qué queda?
Yo no lo sé.



...

6 comentarios:

Anónimo dijo...

xxx

Anónimo dijo...

A ver si tenemos suerte y quedamos finalistas aunque sea.

:)

www.cosasquehacenPOP.com

mariapán dijo...

No puedes imaginar de qué forma me ha llegado dentro este poema...voy a agachar la cabeza con los ojos tristes para, inmediatamente, levantarla y mirarte: no te preocupes, cuando somos coccientes de las cosas que no nos gustan, al final, casi siempre las acabamos corrigiendo y, eso, siempre...hace feliz...
Un beso enorme

Anónimo dijo...

PARA
ACABAR
DESENTERRANDO
RECUERDOS TRISTES,
ESTÁ ÉL. SIEMPRE.

yeye

El mundo de Yas (Andrés) dijo...

Bufff...
Has tocado una espinita...
Yo lo único que se es que no se ha de esperar nada... no cambian... y hay que aprender a aceptarlo... yo ya lo hice... y no significa rendirse, a la fin quien se rinde es quien no se esfuerza, y ese nunca fui yo...

Besos.

Pedro dijo...

Vaya, cuanto sentimiento. Se nota la pasión. A mí quizás se me escape algo, pero forma parte de la hermosura de la poesía, que tenga su parte intangible.


Un abrazo,

Pedro.